Domingo 3 de Diciembre-Evangelio según San Marcos 13,33-37.Santa Misa 9 hs.

Mes de Noviembre


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Mes de María.
Desde el 8 de noviembre hasta el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, se reza la tradicional devoción del Mes de María. “El ‘Si’ de María, ya perfecto en su inicio, creció hasta la hora de la cruz”.
Honrémosla de un modo especial rezando todos los días y regalándole flores, para colocarlas a sus pies. Pero sobre todo flores espirituales que nos acerquen cada día más a su Corazón Inmaculado.
"El Rosario es mi oración predilecta. Es una escalera para subir al cielo", dijo Juan Pablo II a los fieles, poco después de ser elegido Papa, en la Plaza de San Pedro.
Recemos el Rosario todos los días, el arma a la cual le teme el enemigo, el refugio de los que buscan alivio a sus pesares y la puerta para entrar al corazón de María (María en San Nicolás, el 10 de abril de 1986)
También si se puede, le podemos cantar para honrarla y ayudarnos a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos. Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son: 1. Su Inmaculada Concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo. 2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios. 3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen. 4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al cielo. María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo.
Conversarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento. Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día. Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades. Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor. .

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